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LA JUVENTUD Y EL OBJETIVO GRANDE DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

LA JUVENTUD Y EL OBJETIVO GRANDE DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

 

Es hora de definir, en este año decisivo para el logro de muchos cambios aún pendientes, el objetivo grande de la Revolución Bolivariana. Para ello es necesario asegurar -desde ya- el relevo generacional que se encargue de acentuar y de darle la continuidad requerida a los diversos cambios producidos en Venezuela bajo la tutela del Comandante Hugo Chávez, lo cual podrá producirse si a este mismo relevo lo caracteriza -además de una práctica revolucionaria- una verdadera formación teórico-política revolucionaria, siendo entonces capaz de entender cuál es su papel a cumplir en el desarrollo de los futuros acontecimientos que definirán el curso de la revolución socialista bolivariana en este país.

Aunque algunos quizás piensen que es prematuro plantearlo, hay que tomar en cuenta que la población juvenil en Venezuela (en una gran mayoría) ha vivido estos cambios propiciados por Chávez, algo que le permitiría admitir con una mayor facilidad la necesidad de consolidarlos y de ampliarlos al hallarse ésta dotada de mejores herramientas de conocimientos que sus antecesoras. Esto último -por supuesto- no implica que muchos de los revolucionarios y chavistas provenientes de las primeras generaciones ya no tengan nada que aportar al proceso revolucionario bolivariano socialista. Al contrario. De muchos de estos dependerá también que este proceso avance y se concrete, dada su innegable experiencia y sus conocimientos, sobre todo en el área formativa, un talón de Aquiles que es preciso fortalecer cuando se ha propuesto la construcción socialista de las comunas en todo el territorio nacional; evitándose así que todo se limite a discursos y a propaganda oficiales, sin conexión con la realidad imperante.

De ahí que le corresponda a la juventud revolucionaria, bolivariana y chavista retomar la senda iniciada por Chávez, esta vez con la convicción de ser la continuadora de su obra y de su pensamiento, pero imprimiéndole su propia dinámica subversiva, de manera que exista siempre esa posibilidad de agotar etapas en la búsqueda permanente de condiciones objetivas y subjetivas que precisen mejor lo que será el socialismo bolivariano en Venezuela. Por ello mismo, los y las jóvenes revolucionarios/as y chavistas no deberían sujetarse a las viejas reglas políticas heredadas del pasado, reglas que sólo conducirían a una restauración firme del antiguo régimen, con una democracia representativa que sólo representa los intereses de una minoría dominante y una dependencia semicolonial con el imperio estadounidense. De hacerlo, se convertirían entonces en unos viejos prematuros, enredados en un conservadurismo totalmente inapropiado para echar adelante la revolución socialista, en lugar de ser los motores impulsores de la organización, la movilización y la concientización de los sectores populares, conformando por consiguiente la vanguardia de esta revolución aún incipiente.

Consecuentemente, la juventud revolucionaria, bolivariana y chavista tiene ante sí el formidable desafío de desplegar toda su potencialidad creadora y re-creadora en función de alcanzar y afianzar el objetivo grande de la Revolución Bolivariana que es la institucionalización de un Estado comunal en el cual predomine la voluntad, el interés, la toma de decisiones vinculantes y la influencia de los sectores populares. Esto tendrá que ser acompañado -ineludiblemente- por un cambio significativo de las actuales relaciones de producción, de manera que surjan y se impongan unos nuevos valores sociales, espirituales y culturales que permitan, a su vez, propagar un nuevo tipo de ciudadanía en la Patria chica de Bolívar. Por ello, no resultaría desmedido afirmar que gran parte de este compromiso revolucionario le toca en suerte ser asumido conscientemente -a partir del presente año- por la juventud revolucionaria, bolivariana y chavista de Venezuela.- 

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