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LA REVOLUCIÓN ES UN ASUNTO DE CONCIENCIA

LA REVOLUCIÓN ES UN ASUNTO DE CONCIENCIA

           Generalmente aceptamos que una revolución trastoca, afecta y sustituye radicalmente el orden establecido; sin embargo, olvidamos a veces que esto debe tener su contrapartida en la conciencia de quienes auspiciamos, defendemos y sustentamos los ideales revolucionarios, en especial de aquellos que tienen su base teórica en el socialismo revolucionario. Esto es algo fundamental, ya que de ello depende en gran parte el éxito, la continuidad y la consolidación de un proceso revolucionario auténtico, más que de la derogación y la promulgación de las leyes que se requieren para dar cuenta de los diversos cambios políticos, económicos, sociales, culturales y morales que se pudieran gestar en un momento determinado, gracias a la acción decidida de las masas. Dicha conciencia -formada sistemática, crítica y continuamente- le facilitaría a la revolución un mayor y más eficaz blindaje, más que todo el arsenal moderno a su disposición, evitándose así que la misma naufrague a manos de caudillos y minorías cupulares que sólo buscan usufructuar el poder, como ya ha ocurrido en diferentes episodios del devenir humano. “Sin ese cambio -escribe Antonio Aponte en su columna Grano de Maíz- no hay revolución, todos los cambios materiales quedan sin efecto, son atrapados por el viejo sistema”.

         Esto último constituye una amenaza latente que es imperativo conjurar en todo tiempo, de modo que la revolución socialista pueda cumplir su cometido de erradicar finalmente el capitalismo. Volviendo a lo escrito por Aponte, “al trascender el capitalismo se dejan atrás todos los sistemas basados en la explotación del hombre por el hombre, todos los sistemas egoístas; de esta manera, la humanidad, según palabras de los clásicos, pasa de la prehistoria a la historia. Significa la realización del humano, el encuentro del humano consigo. Y este cambio requiere como ningún otro una alta dosis de conciencia, no es un simple cambio material, es el cambio más profundo, radical, que el espíritu humano ha experimentado”. Por eso resulta harto contradictorio que se predique el socialismo sin aludir para nada a la estructura económica que sostiene al capitalismo y la sociedad tradicionalmente aceptada. Sin este elemento de importancia, la noción del socialismo acabaría por ser una mera caricatura y no una verdadera  alternativa revolucionaria frente al capitalismo, terminando por remozarlo en lugar de liquidarlo.

El socialismo, para simplificarlo, es “la sociedad del ser que se sobrepone a la sociedad del tener”. Esto será posible siempre y cuando se fortalezcan sus logros materiales en ese nivel de conciencia revolucionaria que se hace necesidad impostergable entre el pueblo. De nada valdrán tales logros, si los cambios no se expresan también en lo interno de cada individuo, en su espíritu y en su cultura, en vista de que el mismo responde a esquemas ideológicos impuestos y preestablecidos por las elites dominantes a través de la alienación, la cual -a su vez- tiene sus nutrientes en la división del trabajo, la propiedad privada y la producción mercantil. Hace falta, por tanto, que la conciencia revolucionaria del pueblo sea algo primordial siempre para impulsar sin pausa la construcción del socialismo y de la revolución, sin olvidar -por supuesto- la solución satisfactoria y total de sus problemas.

Como lo sentenciara Carlos Marx, “la teoría logra realizarse en un pueblo sólo en la medida en que la realización de sus necesidades”, lo cual está íntimamente ligado a su nivel de conciencia revolucionaria, puesto que la revolución es un asunto de conciencia que no se puede dejar al azar ni soslayar jamás al hacer la revolución.-

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Lucas Blanco Acosta -

LOS LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL

El frenesí por lograr un Monopolio Mercantil Mundial, que solo beneficie a los grupos económicos que componen el Corporativismo Inglés, ha llevado a estos, a dirigir secretamente el crimen organizado por más de dos centurias en el mundo. Estas organizaciones criminales se encargan de incentivar en todo ámbito, la pobreza y la delincuencia; para que abunden sectores sociales víctimas de estos flagelos y otros consecuentes, como la guerra y la droga.
El fin es inducir en estos sectores afectados el anhelo de vanas ideologías, con sus falsos redentores; estas mismas organizaciones criminales procesan, dirigen y promueven estos líderes “salvadores”; la creación de este contexto es para poder aprovecharse de las libertades, reivindicaciones y derechos de los desposeídos y desadaptados, para usarlos como justificantes; que impulsen el caos, destrucción y despejes de espacios, que puedan llegar a ser competitivos y contrarios a los intereses monopolistas del Corporativismo Inglés.
Esta Alianza Inglesa domina el mercado mundial desde hace siglos, ella financió con tales fines la aparente revolución francesa y las supuestas independencias americanas. No es Inglaterra quien actualmente gobierna el mundo, se trata de una TESTAFERRA, la llamada Corporación Británica. Esta se apoderó de Inglaterra después de difundir momentánea y falsamente que Napoleón ganó en Waterloo; así lograron bajar las acciones y se apoderaron de la economía de Londres. Ya dominados Francia y España, incitaron con ideas, préstamos, pertrechos y tropas, las falsas independencias de sus colonias; ya, especiosamente lo habían logrado en EEUU. De la economía de Europa se apoderan en su reconstrucción (Plan Marshall), principal fin de la II Guerra Mundial.
Hoy dirigen mediáticamente la diatriba de derecha e izquierda, antisemitismo y sionismo etc., sus grandes negocios de la explotación de pobreza, inseguridad, banca, droga, e industria bélica, es la fuente de su poder. Todo ha sido dirigido a través de sectas secretas, que en las “independencias” también obedecían a Londres y era la afiliación común de “Los Héroes Emancipadores”. Dichos LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL hoy se multiplican en diferentes países e instituciones; el fin es el embaucamiento de las mayorías; para despojar a las diferentes naciones de sus bienes y servicios, manipulándolos hasta el caos o destrucción total del orden actualmente establecido en ellos; para instaurar un Nuevo Orden Mundial; donde solo la Corporación Británica tenga las preeminencias.
Puede corroborar, este esbozo, en los diferentes libros y escritos de esta web:
www.lucasblancoacosta.com