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ALÍ PRIMERA, CANTOR DEL PUEBLO VENEZOLANO

ALÍ PRIMERA, CANTOR DEL PUEBLO VENEZOLANO

      Paraguaná fue el primer escenario de sus correrías y la primera inspiración de sus muchas canciones. Efectivamente, Paraguaná, azotada por el hambre y la pobreza, a pesar de las riquezas generadas por las compañías petroleras allí instaladas, devino en una fuente inagotable de temas que, relacionados con su vida misma, nos hablan de lo que ha sido la historia de nuestra Venezuela.
         Proveniente de un humilde hogar, en el que la ausencia temprana del padre muerto obligara a los hijos mayores a buscar el sustento familiar a edad muy prematura, Alí Primera retrató como ningún otro cantor popular y revolucionario las muchas ilusiones, luchas y desesperanzas del pueblo venezolano y, aun, de toda Iberoamérica. “Allí crecí –afirmaría en algún programa de Radio Fe y Alegría- allí aprendí el amor que hoy siento por los hombres y algo que es muy importante: la fortaleza que tiene la esperanza del campesino cuando siembra en agosto pensando que lloverá en octubre”.
        
La experiencia unitaria de la lucha contra la dictadura perezjimenista marcó el inicio político revolucionario de Alí Primera, lo mismo que el triunfo del ejército guerrillero de Fidel Castro en Cuba y, muy especialmente, la personalidad del Comandante Ernesto Che Guevara y su visión respecto a la condición humana del ser revolucionario.
        
Convencido de la inutilidad de la división electoral de la izquierda tradicional venezolana, Alí promovió en 1978 la constitución de los Comités por la Unidad del Pueblo (CUP) en colaboración con algunos independientes y la Liga Socialista (LS). Su objetivo: “ir conformando una plataforma de lucha que abra un camino cierto a la toma del poder político por todo el pueblo con el proletariado cumpliendo su papel de vanguardia”.
        
Según lo reseñara Graciela Beltrán Carías en el diario El Nacional, el 17 de febrero de 1985, en ocasión de la muerte de Alí, “en el plano artístico Alí jamás llevó sus ideas revolucionarias al terreno de la canción de los otros artistas. Eso lo dejaba para él. Para su música, sus canciones y sus composiciones. Por esa razón, jamás habló mal de cantantes que no coincidieran con sus posiciones políticas. Al contrario, respetaba a los intérpretes de otros géneros musicales”.
        
En sus canciones, sin embargo, dejaba aflorar su firme defensa de la lucha revolucionaria, la unidad, la solidaridad, la naturaleza, la verdad, la paz, la poesía, la religiosidad popular, los derechos humanos, el amor, la igualdad, el pueblo y la Patria; para ello se valió de toda una gama de personajes que simbolizaran tales valores, comenzando por Simón Bolívar y sin excluir otros pueblos del mundo que luchaban por su emancipación.
        Con todo, nunca aceptó se etiquetara su arte como canción protesta, “porque no protesto –como lo aseverara- yo no canto por protestar, yo canto por convocar, por ser parte de una consciencia que se deba con la canción (...) Canto y milito con la canción, con la canción como arma, como ayuda y como apoyo”.
    
Alí prefirió siempre llamar a su canción la canción necesaria, canción solidaria o canción de todos, situándola igualmente en el contexto de la cultura popular, entendida como la manifestación de la resistencia ideológica y el factor unificador por excelencia de la resistencia de las masas oprimidas. Para él, “la canción necesaria, tal vez no llegue a dirigir los batallones, pero ayudará a formarlos”. Por ello mismo, nunca se preocupó por que sus canciones lograran el primer lugar: “La tarea principal del cantor no es depender de la radio, sino preocuparse por realizar un trabajo coherente, por poner la canción en contacto con el pueblo que la inspira”. No le interesaba, por tanto, comercializarse, desvirtuando su canción.
    Perseguido y hostigado por los cuerpos represivos del Estado, los cuales le decomisaban y destruían sus discos, Alí Primera nunca vaciló en poner su canto al servicio de las causas redentoras de los pueblos. Esto lo convirtió, primeramente, en el juglar de la izquierda y, más tarde, con toda justicia, en el Cantor del Pueblo Venezolano, reconocimiento unánime e indiscutible que se extendió, igualmente, fuera de las fronteras nacionales. Hoy, sus canciones alegran y estimulan la marcha inexorable de la Revolución Bolivariana en Venezuela.- 

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