LOS OLVIDADOS DE LA HUMANIDAD
Víctima indirecta del antisemitismo y de cierto sesgo informativo a nivel mundial, sin justicia de parte de los organismos internacionales que, caso de la ONU, sólo de vez en cuando, esporádicamente, pareciera que sí les preocupara en algo, de verdad, la situación creada para luego voltear la mirada como si nada escandaloso ocurriera; sin leyes que les protejan como seres humanos, sin empatía y sin muestra alguna de humanidad de parte de sus agresores permanentes (por lo menos, hacia niños, adultos mayores y mujeres), y con la arbitrariedad perenne exhibida en su máximo grado, como lo atestiguan las detenciones de menores de edad y los asesinatos en masa perpetrados, desde hace más de medio siglo, mediante actos de guerra desproporcionados el Estado de Israel mantiene martirizado al pueblo de Palestina.
Dos elementos tergiversados afloran en esta realidad inhumana: por una parte, la negación sistemática de la igualdad de derechos que pesa sobre el pueblo palestino (equiparable a todo pueblo existente sobre la Tierra) y, por la otra, el rechazo legítimo de este mismo pueblo al colonialismo sionista, promovido y sostenido por las grandes potencias occidentales, particularmente por Estados Unidos.
Esto le ha permitido al régimen de Israel ignorar olímpicamente todas las resoluciones emanadas de la ONU en las cuales se proyecten el cese de toda violencia en los territorios ancestralmente ocupados por los palestinos, así como la devolución de aquellos territorios que, producto de las operaciones militares desplegadas desde 1948, viene ocupando Israel ilegalmente, desalojando brutalmente a familias enteras, sin disponer de una reubicación.
De esta manera, bajo la excusa propiciada a su medida por un tácito antisemitismo (o antijudaísmo), los sionistas más radicalizados del Estado de Israel han podido valerse del poderío de sus ejércitos para degradar la subsistencia de los palestinos. Contrario a esta percepción errada y manipulada por quienes favorecen el subimperialismo y expansionismo sionista en el Medio Oriente, Palestina y quienes respaldan su posición a nivel internacional sólo tratan de defender el derecho inalienable de los palestinos a existir como pueblo soberano, con respeto pleno a su integridad territorial y a su legado histórico-cultural; incluso, aceptando la existencia de Israel como Estado soberano.
Por ello, es importante hacer esta última acotación, dados los prejuicios divulgados y explotados por el sionismo a través de la gran industria ideológica asentada en Hollywood y replicados sin restricciones por las corporaciones televisivas y otros medios de información; justificando el derecho de conquista y la “autodefensa” que le asistiría, dadas las perversidades racistas que dispusiera el nazismo alemán en contra de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, lo que induce a subrayar que Israel no existiría entonces sino acaece el genocidio decretado por el régimen imperialista de Adolf Hitler.
En relación a esta temática, en su ensayo “Sionismo y antisemitismo, dos corrientes que se alimentan mutuamente”, Pierre Stambul refiere que “tanto los de izquierda como los de derecha propagan la misma fábula sobre la historia del judaísmo, olvidando incluso decir que una buena parte de las víctimas del genocidio no tenían nada que ver con su ideología y eran, a menudo, no creyentes. Para los sionistas, los judíos han sido, son y serán víctimas. Como resultado, son totalmente insensibles al dolor del otro o a la situación en la que se encuentra”.
Dicha fábula, sin embargo, ha tenido su costo reiterado en destrucción de poblaciones palestinas y vidas humanas, convirtiendo a los palestinos en los olvidados de la humanidad o, en el peor de los casos, en subhumanos o ciudadanos de segunda clase, despojados de todo derecho; algo en lo cual todos los revolucionarios, los pueblos y los gobiernos del mundo tendrían que coincidir en una misma causa de lucha y de solidaridad humana, emprendiendo acciones contundentes en favor de la vida, de la soberanía y de los derechos humanos del pueblo ancestral de Palestina.-
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