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Homar_mandinga

DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA AL SOCIALISMO PARTICIPATIVO

DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA AL SOCIALISMO PARTICIPATIVO

         Usualmente, la democracia representativa, como sistema político reconocido, está asociada al modelo económico del capitalismo y, mediante el mismo, a los intereses de clase de la burguesía, su principal impulsora histórica. Y esto ha sido así desde que, en el pasado, ésta se aprovechara del descontento generalizado de las masas proletarias para cuestionar la legitimidad sacrosanta del poder ostentado por las monarquías europeas, logrando desplazarlas, como sucediera en Estados Unidos, primero, y en Francia, después. Esta simbiosis se ha mantenido casi inalterable a través del tiempo, a tal punto que se acepta como algo natural y, hasta, deseable. Todo esto representa un gran reto a vencer para quienes, desde Marx y Engels, predican y defienden la alternativa revolucionaria del socialismo. Cuestión que tendió a dificultarse aún más luego de la experiencia fallida o distorsionada de la Unión Soviética. 

           A pesar de ello, las experiencias democratizadoras del socialismo en la Europa del este sirven de faro para detectar las deficiencias y los errores en que se pudiera incurrir en la construcción de una sociedad socialista, bien diferenciada de aquel modelo. Esto debe hacerse sin caer en las trampas fáciles de la propaganda anticomunista montadas por la reacción a nivel mundial y a través de todos los medios disponibles, ya que sus efectos perduran en las mentes de muchas personas (hasta aquellas que dicen ser revolucionarias), dando por sentado que solo la democracia burguesa es susceptible de producir libertad, igualdad y felicidad a todos los seres humanos en un contexto donde prevalezcan, sin interferencias, la propiedad privada y la libre empresa. Ello les permitió a los apologistas de la democracia representativa y del capitalismo proclamar el fin de la historia, sin caer en cuenta las enormes contradicciones contenidas en su propósito unipolar. Contra semejante legado tiene que bregarse en la actualidad cuando se busca levantar las banderas de un socialismo para el siglo XXI, considerando la opción representada por el proceso revolucionario bolivariano en Venezuela, lo cual no resulta fácil, pero tampoco imposible.            

          Sin embargo, el hecho que se hable de socialismo, de un modo abierto y, aparentemente, sin consecuencias negativas –transcurridos los años y en un escenario escasamente calculado- le otorga visos de fortaleza y de vigencia a esta ideología revolucionaria, quizás mayores a los que tuvo en el pasado. A pocos sorprende que sea en nuestra América donde el ideal socialista comience a adquirir cuerpo y justificación histórica, dadas las conocidas condiciones de dependencia y de explotación económica, de corrupción política y de injusticias sociales seculares que han marcado la historia republicana de nuestros países. Esto ocurre superando con creces las expectativas languidecidas y, muchas veces, desfasadas de una mayoría de partidos políticos que se proclamaron siempre de izquierda; algunos, avalando al orden imperante y, otros, desapareciendo de la escena política con más penas que gloria. Aún así, la malicia inducida durante décadas por la propaganda anticomunista de Estados Unidos y sus aliados capitalistas sigue haciendo estragos, lo cual exige que los teóricos de la izquierda latinoamericana se deshagan de las visiones prestadas y sin sustento en la realidad que se pretende transformar de raíz, ya que carecen de la profundización necesaria para explicar tal realidad y todo lo que respecta al modelo capitalista implantado en estas tierras. Esto no significa respaldar las posiciones simplistas de algunos neosocialistas en desconocer los aportes teóricos hechos por Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Mao o el Che, incluidos Bakunin y Proudhom, quienes prefiguraron la futura sociedad socialista.           

          Quienes se encuadran con la propuesta de un nuevo socialismo, ignorando su historia de luchas, entran en abierta negación de lo que debe ser, especialmente al pretender conservar (y desear) las estructuras económicas del capitalismo, produciendo una especie de híbrido antihistórico, por no decir, antinatural, dado que ambas concepciones se excluyen y son antagónicas. Lo que se impone, por consiguiente, es la superación teórica y práctica de las contradicciones y deficiencias inherentes al binomio democracia-capitalismo, al mismo tiempo que las ya observadas en el caso del socialismo real. Lo mejor será hablar de un socialismo participativo, ya que el mismo entraña abandonar los antiguos paradigmas de la democracia representativa y retomar la raíz originaria del socialismo, con una percepción y un manejo distintos de lo que es el poder por parte del pueblo; evitándose de esta manera su tergiversación y usurpación a manos de cualquier camarilla gobernante, hasta la mejor intencionada.-          

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Lucas Blanco Acosta -

LOS LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL

El frenesí por lograr un Monopolio Mercantil Mundial, que solo beneficie a los grupos económicos que componen el Corporativismo Inglés, ha llevado a estos, a dirigir secretamente el crimen organizado por más de dos centurias en el mundo. Estas organizaciones criminales se encargan de incentivar en todo ámbito, la pobreza y la delincuencia; para que abunden sectores sociales víctimas de estos flagelos y otros consecuentes, como la guerra y la droga.
El fin es inducir en estos sectores afectados el anhelo de vanas ideologías, con sus falsos redentores; estas mismas organizaciones criminales procesan, dirigen y promueven estos líderes “salvadores”; la creación de este contexto es para poder aprovecharse de las libertades, reivindicaciones y derechos de los desposeídos y desadaptados, para usarlos como justificantes; que impulsen el caos, destrucción y despejes de espacios, que puedan llegar a ser competitivos y contrarios a los intereses monopolistas del Corporativismo Inglés.
Esta Alianza Inglesa domina el mercado mundial desde hace siglos, ella financió con tales fines la aparente revolución francesa y las supuestas independencias americanas. No es Inglaterra quien actualmente gobierna el mundo, se trata de una TESTAFERRA, la llamada Corporación Británica. Esta se apoderó de Inglaterra después de difundir momentánea y falsamente que Napoleón ganó en Waterloo; así lograron bajar las acciones y se apoderaron de la economía de Londres. Ya dominados Francia y España, incitaron con ideas, préstamos, pertrechos y tropas, las falsas independencias de sus colonias; ya, especiosamente lo habían logrado en EEUU. De la economía de Europa se apoderan en su reconstrucción (Plan Marshall), principal fin de la II Guerra Mundial.
Hoy dirigen mediáticamente la diatriba de derecha e izquierda, antisemitismo y sionismo etc., sus grandes negocios de la explotación de pobreza, inseguridad, banca, droga, e industria bélica, es la fuente de su poder. Todo ha sido dirigido a través de sectas secretas, que en las “independencias” también obedecían a Londres y era la afiliación común de “Los Héroes Emancipadores”. Dichos LÍDERES Y HÉROES DE PAPEL hoy se multiplican en diferentes países e instituciones; el fin es el embaucamiento de las mayorías; para despojar a las diferentes naciones de sus bienes y servicios, manipulándolos hasta el caos o destrucción total del orden actualmente establecido en ellos; para instaurar un Nuevo Orden Mundial; donde solo la Corporación Británica tenga las preeminencias.
Puede corroborar, este esbozo, en los diferentes libros y escritos de esta web:
www.lucasblancoacosta.com