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Homar_mandinga

LAS COMUNAS Y LA NUEVA INSTITUCIONALIDAD REVOLUCIONARIA

LAS COMUNAS Y LA NUEVA INSTITUCIONALIDAD REVOLUCIONARIA

 

 

       De acuerdo al marco jurídico actual en Venezuela, así como al imperativo existente de profundizar el proceso revolucionario bolivariano socialista, tal como lo planteara en su momento el Comandante Hugo Chávez, la conformación, la activación y el desarrollo de las comunas tendrían que orientarse forzosamente hacia la transformación estructural del Estado y del modelo de civilización capitalista dominantes, alterándolos significativamente, de modo que las diferentes instituciones públicas se conviertan en escenario propicio para el pleno ejercicio de la democracia participativa y protagónica; generando, en un primer momento, una institucionalidad revolucionaria, adaptada a los requerimientos de participación y toma de decisiones por parte de los sectores populares. Siendo ello así, habría que interrogarse si esta nueva institucionalidad que impondría la existencia de las comunas definiría objetivamente la construcción del socialismo revolucionario en Venezuela y en qué medida contribuiría a su definitivo arraigo, dada la innegable debilidad y/o inconsistencia ideológica que muestran algunos de sus propulsores, creyéndose que sólo bastaría enunciarla para lograrla. En lo que sí se podría coincidir con muchos revolucionarios y chavistas es que las comunas serían el punto de no retorno respecto a la transición al socialismo y la edificación de un nuevo tipo de sociedad. Para esto último es esencial comprender que se requieren condiciones objetivas y subjetivas que lo hagan realidad, sin que exista la amenaza latente de la restauración del sistema capitalista y la reproducción inadvertida de los viejos esquemas representativos; quedándose todo en sólo reformas parciales y/o superficiales que, a la larga, mantendrían intacta la situación que se pretende revolucionar junto con el pueblo.

    Tal como lo enuncia el artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Popular, “las organizaciones y expresiones organizativas del poder popular tienen como fines: 1.- Consolidar la democracia participativa y protagónica, en función de la insurgencia del poder popular como hecho histórico para la construcción de la sociedad socialista”. No obstante, cabría preguntarse un tanto ingenuamente cómo alcanzar este primer e importante objetivo cuando aún -desde muchos organismos públicos- se desestimula tal insurgencia, sometiendo a controles previos y clientelares a las diferentes organizaciones y expresiones organizativas populares. Existe, por tanto, una antítesis respecto a este punto, la cual pudiera contrarrestarse y abolirse mediante un mayor nivel de conciencia policía e ideológica que se manifieste de forma contundente frente a aquellos que, con su conducta reformista o pequeño-burguesa, impiden el avance revolucionario de los sectores populares, ahogándolos en un mar de procedimientos burocráticos que resultan inadecuados respecto a la realidad revolucionaria del socialismo.

       Haría falta entonces reemprender, ampliar y afianzar la formación teórico-práctica del socialismo revolucionario, sobre todo entre las nuevas generaciones, sin que esto signifique la imposición de dogmas incuestionables; cuestión ésta que debe tener como primera consecuencia la conformación de una verdadera vanguardia revolucionaria que le dé nacimiento a una nueva institucionalidad, de indudable contenido y características socialistas (no maquillada de “socialismo”) que allane el camino a las comunas y a la sociedad de nuevo tipo que las mismas deben prefigurar.-

 

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